A 174 años de la ocupación yanqui en Ciudad Victoria, Tamaulipas

septiembre 17, 2020

Mtro. Jaime A. Rodríguez

A fines de 1846 inició la ocupación yanqui en la capital de Tamaulipas. Esto tuvo como consecuencia que el entonces gobernador Francisco Vital Fernández desalojara Victoria rumbo a Tula, a donde también se trasladaron los poderes del estado debido a la contingencia militar. Por esta razón, los estadounidenses tomaron la ciudad sin disparar ni un solo disparo por la ausencia de la milicia de la localidad porque ésta había acompañado a su jefe, el mandatario estatal. Esta primera ocupación por parte de un ejército extranjero constituyó un suceso de trascendencia social, ya que los diarios nacionales publicaron información sobre lo que sucedía en tierras tamaulipecas.
La ocupación duró desde 25 de diciembre de 1846 hasta el 4 de enero de 1847. En este período fue aumentado el número de efectivos del ejército allí guarnecidos. Primero llegó el contingente del general Taylor, al que se unieron el de Paterson. De ambos ejércitos reunidos sumaron la cantidad de 2, 300 soldados de infantería y cien de a caballo, los que se adueñaron de la Plaza Hidalgo, donde enarbolaron su bandera en la sede de la asamblea departamental y después lo harían en lo alto de la Sierra Madre Oriental; otro de sus campamentos lo instalaron en los potreros de Tamatán. En los días inmediatos, el general Quitman se había instalado en la residencia del gobernador Vital Fernández, frente a la Plaza Hidalgo, hoy hotel Los Monteros.
Otro general americano llegó con sus tropas enseguida de las de Taylor y Paterson. El número de soldados al mando de Tuiggs aumentó la cifra, a 7, 000 efectivos, los que acamparon en el camino al sitio de Pajaritos, hoy ejido Guadalupe Victoria y en la vega del «tío Bruno.» Los efectivos estadounidenses permanecieron en la ciudad capital hasta mediados de enero, para cuando habían ocurrido varios sucesos, como el incendio de varias casas de la localidad.
Tras el retiro de los norteamericanos a mediados de enero, los poderes del estado retornaron a Victoria mientras que Fernández trataba de sofocar el desorden político ocasionado por la lucha por el poder entre él y el clan fronterizo, entre ellos Jesús Cárdenas.